Infobae, abril 2024
Desde el inicio de 2024 se advierte en las empresas un enfoque gubernamental centrado en fortalecer e impulsar el desarrollo productivo, la inversión y la iniciativa privada.
Si bien la meta del nuevo Gobierno es clara, y las medidas políticas implementadas resultan congruentes con el plan a largo plazo, el contexto macroeconómico de incertidumbre y volatilidad invita a reflexionar sobre los desafíos que este contexto le presenta al rol del CFO (Chief Financial Officer); un perfil clave para toda empresa que tendrá sobre sus hombros la tarea de lograr una gestión financiera eficiente, aportando no sólo sus conocimientos financieros sino también su creatividad y habilidades críticas, que lo ayudarán a lograr una estabilidad rápida, debiendo estar en todo momento alerta y atento a las oportunidades.
¿Cuáles serán las estrategias financieras y las decisiones de inversión que este rol deberá adoptar en 2024?; ¿Qué complejidades enfrenta y qué habilidades debe desarrollar para mantener la estabilidad financiera y aprovechar las nuevas dinámicas del mercado?
La mirada de los CFO argentinos de empresas líderes es optimista y compartida. Las señales del mercado han sido buenas, por lo que el augurio de un contexto menos incierto, más estable y con oportunidades es coincidente en sus discursos.
Las estrategias financieras y las decisiones de inversión para 2024 se alzan sobre la creencia de que en el corto plazo es clave lograr la estabilización. De lo contrario, resultará difícil que las casas matrices quieran volver a invertir.
El país sale de un gobierno que tenía la idea de cerrarse al mundo, con un tipo de cambio distorsionado de la realidad y con dificultades para tener relaciones con otros países desde la mirada de las importaciones, para adentrarse en otro que propone la reducción o eliminación del cepo, entre otras políticas, lo que podría implicar la oportunidad de volver a facturar desde Argentina, y reducir varios riesgos de sustancia y posibles contingencias cambiarias.
Para multinacionales o empresas con capitales extranjeros, el nuevo escenario también podría ayudar facilitando el financiamiento externo (aunque la situación de tasas de interés global por ahora genera el efecto contrario).
El levantamiento de las restricciones a las importaciones, la eliminación de las licencias automáticas y las no automáticas, son todas señales muy buenas para empresas multinacionales de que se puede hacer negocio en “forma normal” en el país.
Las complejidades inmediatas que los CFO enfrentan en el corto plazo debido a la incertidumbre política y económica en Argentina se ven ligadas sin duda a la financiación, teniendo en consideración que tanto “Equity” como deuda están pasando por momentos difíciles, lo cual hace que sea muy complicado para un líder financiero elegir proyectos y entender cómo se van a financiar.
A ello se suma también la protección de activos, siendo que muchas multinacionales no poseen herramientas para invertir activamente en papeles de mucho riesgo.
En una mirada más alentadora y largoplacista, las expectativas de evolución en términos de regulaciones financieras y políticas económicas, así como aquellas que permitan aprovechar las nuevas dinámicas del mercado, se centran en la esperanza de que se aplique un programa de desregulación que reduzca la inflación para la segunda mitad del año, con la expectativa de que haya un crecimiento ordenado de la economía, con nuevas intenciones de inversión.
Para todos, mantener la estabilidad financiera en este entorno aún volátil es el objetivo principal y para ello, la resiliencia y la búsqueda de automatizaciones y eficiencias se vuelven habilidades clave. Pensar “out of the Box”, comunicar de forma clara y a tiempo los estados de situación, y preparar de antemano un plan de acción para los distintos escenarios posibles, manejando infinidad de variables, será clave también.
Los cambios tan grandes de normativas, no le permitirán al CFO estar ni un segundo desactualizado, debiendo buscar asesoramiento de externos como estudios de abogados, bancos y entidades financieras.
Será vital en este contexto que el CFO tenga en claro dónde tiene su caja, dónde su deuda y cómo hacer para que ello no pierda valor. Ninguna situación puede tomarlo desprevenido ni con su caja en una moneda que no es la de su flujo. Aquellos que no tengan en orden sus flujos, se encontrarán en problemas.
La habilidad para consolidar un equipo que muy rápido haga análisis e igual de rápido tome decisiones, será otra de las claves para este rol en 2024.
Sin duda éste será un año en el que los CFO deberán estar alerta y atentos a las oportunidades, seguir de cerca las regulaciones y sacar provecho a la ventana de oportunidad que presente el mercado.